Miles de productos de limpieza pueden contener sustancias vinculadas a problemas de salud, según estudios
Expertos recomiendan usar productos más seguros, revisar etiquetas como la de Safer Choice de la EPA y evitar mezclar productos peligrosos como lejía y amoníaco.
CIUDAD DE MÉXICO.- Al limpiar el hogar, muchas personas esperan que el resultado sea un entorno más seguro y saludable. Sin embargo, algunos productos que se utilizan regularmente podrían representar un riesgo para la salud. Según Tasha Stoiber, científica del Environmental Working Group (EWG), una organización que investiga y promueve productos más seguros, muchas personas creen que si un producto está a la venta, no conlleva riesgos. “Eso simplemente no es cierto”, advierte Stoiber.
En el mercado estadounidense, el EWG ha identificado más de 2,000 productos de limpieza que contienen sustancias asociadas con problemas de salud como asma, quemaduras químicas e incluso riesgos de cáncer. La transparencia en la industria es limitada, lo que dificulta que los consumidores puedan distinguir qué productos son seguros y cuáles no. Este desafío se agrava con el “greenwashing”, una táctica de marketing que da la impresión de que ciertos productos son naturales o respetuosos con el medio ambiente, cuando en realidad no lo son.
Productos de limpieza y compuestos orgánicos volátiles
Uno de los componentes que suelen encontrarse en los productos de limpieza son los compuestos orgánicos volátiles (VOCs, por sus siglas en inglés). Estos son gases emitidos por productos sólidos o líquidos que, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA), pueden causar irritación en los ojos, nariz y garganta, así como daños en órganos como el hígado y los riñones. La concentración de estos compuestos es mayor en interiores, lo que aumenta los riesgos para la salud.
No todos los productos de limpieza indican claramente si contienen VOCs o no, lo que complica la selección de opciones más seguras. Sin embargo, existen recursos como la etiqueta Safer Choice de la EPA, que identifica productos que no contienen sustancias peligrosas para la salud, incluyendo aquellas asociadas con el cáncer y problemas de fertilidad. Este tipo de herramientas puede facilitar la elección de productos más saludables y reducir la exposición a compuestos nocivos.
Cómo usar los productos de limpieza de manera segura
No solo importa qué productos se utilizan, sino cómo se usan. Según Jennie Romer, de la EPA, mezclar ciertos productos de limpieza, como lejía con amoníaco, puede generar vapores peligrosos. Además, un uso excesivo o incorrecto de estos productos puede aumentar el riesgo de exposición a químicos perjudiciales, especialmente para grupos vulnerables como mujeres embarazadas y niños.
Brian Sansoni, del American Cleaning Institute, recuerda que una buena higiene es clave para prevenir enfermedades, pero es fundamental seguir siempre las instrucciones de uso de los productos. También es útil optar por alternativas menos tóxicas cuando sea posible, como el vinagre o el bicarbonato de sodio, que pueden ser eficaces y mucho menos dañinos.
Reduciendo la exposición a químicos peligrosos
Aunque limpiar a fondo el hogar es esencial, no es necesario desechar todos los productos de limpieza para reducir la exposición a químicos peligrosos. Tasha Stoiber recomienda hacer pequeños cambios, como reemplazar productos a medida que se agoten por alternativas más seguras. Además, mantener una rutina de limpieza regular, como aspirar y quitar el polvo, puede ayudar a minimizar la acumulación de sustancias tóxicas en el hogar.
El polvo que se genera en los hogares puede contener químicos provenientes de los productos de limpieza, y cuando este polvo se inhala o se deposita en las manos, puede terminar en el cuerpo al comer o tocarse el rostro. Limpiar con frecuencia y de manera adecuada, usando un paño húmedo para atrapar el polvo en lugar de solo moverlo, puede reducir significativamente la exposición.
Opciones más saludables y sostenibles
Al reemplazar productos de limpieza, es importante hacerlo de manera gradual y responsable. Jennie Romer sugiere revisar lo que ya se tiene en casa antes de hacer cambios drásticos. Es probable que algunos productos ya cuenten con el respaldo de organismos como la EPA o el EWG, lo que podría permitir un uso seguro hasta que se terminen.
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En lugar de enfocarse solo en productos comprados, también se pueden emplear ingredientes comunes de la cocina, como el limón o el bicarbonato, para la limpieza del hogar. Estas alternativas, además de ser eficaces, pueden ayudar a reducir la dependencia de productos comerciales que contienen químicos cuestionables.
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